De todo el mundo es sabido que si dices delante del espejo
“Bankia, Bankia, Bankia”, aparece Rato con el gancho y te quita los ahorros. Es
la leyenda de Bankiman. Y es que calladitos estamos más guapos. Sobre todo los
del PP. Están guapísimos. Es el mutismo llevado al extremo, el
Mutismo-Leninismo. Es la nueva religión.
Cuando callas, las cosas terminan por desaparecer. Es el
poder del silencio, magia druídica.
Este hechizo silencioso se ha llevado por delante las explicaciones
sobre la banca española o sobre los gastos de Carlos Dívar en Marbella. Hoy
mismo han hecho mutis por el foro los documentos del Ministerio de Defensa que
habían sido desclasificados.
El PP tiene auténticos genios del mutismo, algunos poco
conocidos: en una entrevista en ABC (28 de mayo 2012), la secretaria de Estado
de Empleo Engracia Hidalgo responde como sigue a la una pregunta sobre la
formación para parados y empleados (textual):
P- ¿La formación saldrá de los cauces actuales entre
sindicatos y patronales?
R- Hay que conseguir una formación con el máximo grado de
calidad y al menor coste, que es lo que se llama eficacia. Casar lo que
necesitan las empresas con el contenido de esa formación y, después, evaluarlo
de forma rigurosa para ver sus resultados. No se trata de poner dinero y hace
formación, si no de diseñarla, ver qué necesita, cómo se hace, etc. Tenemos
mucho trabajo por delante.
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